21 de noviembre de 2006

Yo lo que quiero es amor eléctrico


Paco y yo entramos a la capilla después de pagar 100 pesos. Desde el momento en que entré, supe que sería una noche de esas que de tan buenas se van saboreando incluso después de ser masticadas. Diez metros después me encontré a Marvin y su banda metidos en una nave decimonónica con el papel tapiz a medio desgarrar. La congregación se habá reunido, y sus músculos se movían sutiles en el aire con los beats dirigidos por Marcelo Cunnings. No era una comilojna de música, sino una sútil degustación, mostrando placer por la melodía pero sin evidenciarlo demasiado. La música era telón de fondo de sus cuerpos envueltos en ropa increíble. Pantalones entubados, holgadas playeras en ve, tenis ochenteros. Pelo desgrafilado. Un caballero victoriano vestido de terciopelo rojo. Zapatos de tacón, y una increible playera con una cara impresa, con los ojos coincidiendo en las tetas y deliciosamente fajada a una falda negra plisada. La música había producido una tenue marea de vestidos estileros moviéndose suavemente por la música que a mi poco a poco me iba devorando. Paco y yo decidimos salirnos de lal capilla. La misa todavía no estaba programada.

En el claustro de afuera también la gente esperaba. Caminamos un poco más, y hacia al final encontramos a una dama vestida de morado, morena y cantando con una voz más grave que la de Barry White. Era una premonición.

Volvimos a entrar a la capilla. Las personas se arremolinaban. Todo era todavía una calma chicha. Marcelo Cunnings seguía tocando, delgado y serio, con esa cara de zorro, un pequeño bigote y sus enormes ojos decidiendo el destino del siguiente track. De repente, una figura alta y delgada se apropió del escenario. Era el más fino travesti que pudieras imaginar. La gente dejó de bambolearse. El sacerdote estaba por llegar. Después de arengar a la concurrencia, finalmente llegó el pretexto de la convocatoria. El sermón sería dictado por La Prohibida, opulenta, vedette y rabiosamente madrileña, con una cabellera que Bon Jovi hubiera envidiado en sus años mozos. Su vestido era de spándex negro con estrellas bordadas acariciando el borde de un cuerpo vasto y cómodo con cubrir los turnos de hombre y mujer, pero jamás cómodo con la idea de psaar desapercibid@. La gente calló. Sólo se escuchó:
Flash

Resignación
No te has dado cuenta
Pero aquí mando yo
Algo fugaz
y un tanto artificial
Como un flash,
ELÉCTRICO,
que te puede matar

Haciendo gala de su mundo, soltó Flash en francés. Los beats eran deliciosamente electropop, las letras de Chica Almodóvar


Para qué quiero un amor mecánico
Porque querría un amor artificial
Como si fuera un compues-to quí-mico
Yo lo que quiero es amor
ELÉCTRICO


Observé a mi alrededor, y los fashionistas que antes se rehusaban a colocarse por detrás de la música se habían diluido en una variopinta muchedumbre atenta al sexy electropop español proferido por La Prohibida, tan transgresora que se había convertido en la única lengua corriente de quienes antes luchaban por atraerse miradas.
Como una diva, la Prohibida tocó sólo cuatro o cinco canciones. La gente presionó. Como diva generosa, La Prohibida regresó, diciendo su último versículo: "
Yo nunca me hago de rogar."
Una canción más. Después le salió lo empresaria y comenzó a firmar autógrafos y dar besos a sus admiradores. Compré su disco, y me tocó un beso y un autógrafo. En la capilla, los asiduos comenzaban a recordar quiénes eran, rebelándose de melodías que no habían nacido de la autoridad de La Prohibida. Poco a poco la Capilla se fue vaciando, mientras yo me empeñaba en sacudir con lamúsica. Paco estaba cansado, y decidimos salir. De repente recordé que había olvidado mi CD dentro. Traté de recuperarlo, pero ya era tarde. El CD sería repetido en una computadora diferente a la mía. Contrario a mis principios, decidí no encabronarme.


Ya habría momento de bajarlo en LimeWire.


La misa de La Prohibida, sin embargo, no se podría bajar ni en YouTube.

LAPROHIBIDA,FLASH@17DENOVIEMBRE. @LACAPILLA,SADICARNOT68,SANRAFAEL www.isaacjunkierecords.com, http://www.myspace.com/laprohibidaenmexicoenmexico



11 de noviembre de 2006

10 razones para amar el Patrick Miller

1. No afecta a la economía familiar: la entrada cuesta 30 pesos y la cerveza 15.

2. Su buffet lumínico: bolas disco de de todos los colores y sabores y un proyector de rayos que increibleirá colocándote lentamente -con un mínimo estado de alteración- en un torbellino de luces verdes de neón de y música electro.

3. Lo que NO se hace en el Patrick Miller:
3.1. El Patrick Miller NO es un lugar para pasarse una noche súper cool con los amigos súper nice tomando martinis po-k-madre
3.2. El Patrick Miller NO es una pasarela de fashion victims.
3.3. El Patrick Miller NO es una feria de carnes.
3.4. El Patrick Miller NO es para gente sosa (se espanta).
3.5. En el Patrick Miller NO se cantan las canciones (lo más probable es que nisiquiera las conozcas).

4. Lo que se hace el Patrick Miller: Bailar y ver Bailar.

6. Los Highlendarios, llenos de voluptuosas ninfas del baile con un ligero aire a Maribel Guardia, acompañando al robot Patrick Miller como sólo un flier de high energy lo puede hacer.

7. Es divertido jugar a Dónde esta Wally tratando de rastrear cuánta es y dónde se ubica la tímida banda condechi que visita el lugar.

5. No hay cadenero. No hay zona VIP. Puedes elegir bailar solo o en ruedas, y si eliges lo último, tienes que respetar las reglas. Puedes bailar como te venga en gana. Puedes ser una güera oxigenada de 100 kilos y vestirte con un tutú rosa mexicano. No hay miradas que te rocen. Tienes derecho de disfrutarte a ti mismo. En el Patrick Miller, todos somos iguales en la pista de baile.

8. Los feligreses asiduos: Finos Breakers, ravers,y glamochenteros adictos al baile. Los reyes de la pista: una dama de pelo rubio con complexión de antigua diosa de fertilidad y su galán con pantalones bombachos y pinta de bailarín de balle que te pintarán una sonrisa de gato de Chesire mientras losves bailando en las ruedas de baile.

9. ¿Qué más pedir que un sonidero-hecho-antro y al que puedes ir sin pasar del otro lado del Eje Central?

10. El mejor electro ochentero, el más rabioso high energy, el único lugar con disco nights.




PATRICKMILLER,@ Mérida, entre Chapultepec y Puebla, Colonia Roma.



1 de noviembre de 2006

1 de Noviembre

Escucho Ladytron y Vive la Fete, y me encanta que el electro haya regresado desde sus entrañas ochenteras, punkis, gritón y -tengo que reconocer- más sofisticado que cualquier rola que pudieran haber puesto en el Patrick Miller.

Leo Seda de Alessandro Baricco, que utiliza un léxico tan árido como Juan Rulfo pero lo hila con la tensión lírica de Ruy Sánchez (ojo: la intersección de adjetivos no declara su supremacía sobre los calificativos aislados).

Por lo demás, estoy aburrido en el trabajo, tratando de encontrar un buen ejemplo de un famoso feo que no le haya cumplido a sus rabiosamente estéticos padre (los hijos de Marlon Brando, quizás?)