El Paseo de la Reforma es una de esas calles hechas para que de vez en cuando su carácter comunicante pase a ser un mero pretexto para el desenvolvimiento de una vida pública ajena a las gritos dictatoriales de la necesidad de transportación. No es de sorprender que desde hace varios años, muestras fotográficas, de arte y retrospectivas vayan yendo y viniendo en sus banquetas. Desde diciembre pasado, ahora le tocó al diseño industrial, donde múltiples bancas de diversos autores y orígenes habitan a Reforma. Mientras los anteriores ciclos realmente no hacían otra cosa que aprovechar la privilegiada localización de la avenida para maximizar la exposición y la coherencia de las exposiciones, la serie de bancas colocadas en esta ocasión le permite a la muestra tener una identificación mucho más esencial con el espacio público en donde se desarrolle, puesto que la existencia misma de bancas viene irremediablemente ligada a la presencia de espacios públicos vitales, versátiles y en constante uso.
Esta enorme diferencia no ha pasado desapercibido en los habitantes de las banquetas de Reforma. Es impresionante ver que tanto la habitual fauna oficinista como caminantes eventuales de la avenida han reaccionado a la muestra tomándose su tiempo para sentarse, platicar, leer o sólo ver pasar el tiempo recorriendo la ciudad y dejar de lado a la calle como una vía de tránsito como un espacio de vivencia y comunicación.
Después de un año, las bancas serán echadas al Bosque de Aragón, (¡!) que se presume será “el espacio escultórico más grande de la Ciudad”. No sé ustedes, pero para mi eso tiene el mismo sentido que poner plantas de composta en medio del Zócalo. Es una pena que varias decenas de bancas de buena calidad y con una poderosa expresividad serán exiliadas a un bosquecito cuando se hubieran podido usar para dar identidad a miles de placitas y banquetas. Un ejemplo más de la falta de seriedad con la que se toma al espacio público en una ciudad que pide a gritos el desarrollo de una política coherente a su alrededor.
En fin. Las bancas permanecerán un año por Reforma, y hay de chile, de dulce y de maanteca. Sería bien chido hacer una observación y ver cuáles son las más populares y cuáles son como las chicas que van solas al baile de graduación: hablaría tanto de las bancas como de la audiencia que sienta sus nalgas en ellas....