17 de septiembre de 2007

Guadalajara: Referencias

Guadalajara tiene varios ases bajo la manga para un buen turista ilustrado. He aquí una lista que aunque no es extensiva tiene el dudoso respaldo de haber sido vivida en carne propia, y que le debe mucho de su conocimiento (y agradecimiento) a Eduardo, Santos, Regina y el demasiado cool-para-ser-cool Guillermo. ¡A su salud, conejos blancos!


Hospicio Cabañas
Manuel Tolsá
Plaza Tapatía 8, Centro.

Antes de convertirse en un dictadura del gusto decimonónico, a finales de la colonia el neoclásico tuvo la desdicha de haber llegado demasiado temprano a un lugar demasiado barroco cuando todavía había demasiado dinero para gastar. El resultado en México fue una sequía de neoclasicismo que ha provocado que edificios como el Hospicio Cabañas hayan alcanzado un estatus de íconos uan cuando tienen una notabilidad más bien relativa, A esta buena fortuna inicial, y después de un largo periodo de deterioro, al edificio le tocó la suerte de ser sede, ya en el siglo XX de la hechura de una serie de murales de Orozco en su nave principal. Y ahí sí, la notabilidad vino en términos absolutos, en donde pasajes de la historia de México mostrados en los murales del hospicio se someten y complementan a un poderoso histrionismo gráfico y a un impresionante manejo de la perspectiva.

Si tienen diez pesos a la mano, aprovechen para tomar una visita guiada. Aunque el buen hombre que responde al nombre de Guía De Turistas se gana la vida repitiendo una insoportable historieta de españoles malos e indígenas buenos, vean a sus agudas observaciones como el verdadero precio que hay que pagar para escuchar lo que dice cuando vaya explicando las cuestiones técnicas de los murales, incluyendo el arma secreta conocida como "Perspectiva Dinámica", que no es más que una premeditada y alevosa ilusión óptica en donde las imágenes parecen tener vistas tridimensionales a medida en que uno va cambiando de posición, como si vivieran en un mundo alternativo donde realmente existiera un atrás-al lado-enfrente. No se crean que lo que les digo es como cuando una persona se queda viendo media hora un cuadro de Yves Klein convencido que hay algo más que el azulito del lienzo. Estas cosas sí se mueven. Si es su primera vez, consíganse al guía. Si ya han ido, vayan pachecos y me cuentan cuán divertida esta la cosa de ver moverse a los dibujos de las paredes.

El hospicio Cabañas adicionalmente tiene una colección de pinturas de Orozco cuyo reducido tamaño se compensa por su peculiaridad. Cerca de su explanada hay un espejos de agua en donde han colocado un espectáculo muy simpático de luz, agua y música de Enya.


Rectoría y Paraninfo
proyecto de Navarro Branca, adecuaciones de Aurelio Aceves Av. Juárez 975, Colonia Americana

El edificio de la Rectoría de la Universidad de Guadalajara es una bonita construcción porfiriana donde paradójicamente se encuentran a mi parecer los murales más poderosos del hiperrevolucionario Orozco. Lástima que aquí no haya perspectiva dinámica. En el miso edificio está un espacio bastante decente de exposiciones temporales de la Universidad de Guadalajara.




Oficina de Proyectos de Arte (OPA)
@ Condominio Guadalajara, piso 23
16 de Septiembre 230, Centro.
http://www.opa.com.mx/

Con ese acrónimo fashion, OPA, por su puesto, es LA galería de Guadalajara. El espacio de exhibición está completamente abierto al público y es manejado con una amabilidad bastante desapegada. La Oficina está bien posicionada en el circuito galerístico de México, y ha participado en varias experiencias curatoriales fuera del país. Pero incluso si la galería mostrara trabajos de jóvenes promesas del Jardín del Arte Tlacoquemécatl, visitar a la Oficina todavía valdría dicha pena, pues vive en una súper torre de oficinas estilo internacional y gozando del privilegio ya raro en México de ubicarse en un pedazo de ciudad con una coherencia estilística mínima (a excepción del Wal-Mart que te recuerda de putazo la época en la que realmente estás viviendo). El edificio parece haber sido congelado en el tiempo, conservando un delicioso aire de burócrata sesentero que se respira mientras el elevador lentamente va subiendo hasta el piso 23, el hogar de la galería y desde donde se tiene el placer de ver desde el último piso de una carismática torre todo el valle de Atemajac y la aplastante horizontalidad de Guadalajara.



Arquitectura de los 50

Sin duda la mitad del siglo xx fue un periodo excitante para la arquitectura en México, y Guadalajara no fue la excepción. Su zona residencial central -en especial, las colonias Moderna, Americana y cualquiera que tenga un Vallarta en su nombre- está salpicada de casas de colores claros y una volumetría lúdica y voluptuosa, producto de una influencia ligeramente mayor de la arquitectura americana que la que se ve (si es que todavía se ve) en la Ciudad de México. Muchas de estas construcciones quedan todavía como guerreros mudos de la época en que la arquitectura todavía significaba mucho más que un negocio de tablarroca, aunque ahora padecen la vulnerabilidad de estar en esa peligroso impasse donde no son jóvenes para estar de moda ni tampoco demasiado viejas para ser reverenciadas.

Casa Clavijero, Luis Barrgán y la arquitectura regionalista de los cuarenta.
José Guadalupe Zuno 2083, Colonia Americana

Hacia los treinta, cuando la Ciudad de México desarrollaba su propia versión del Art-Déco, la burguesía de Guadalajara construía una arquitectura sorprendentemente sencilla que reivindicaba su especificidad regional combinando el racionalismo de los veinte con detalles rurales, usando colores ocres y materiales de construcción tradicionales para construir espacios amplios con detalles hacendarios. En este marco, y alimentado también por sus propias influencias mediterráneas, Luis Barragán construye la Casa Clavijero, la obra más representativa de su primera etapa constructiva. Aunque el trabajo inicial de Barragán no sea necesariamente propositivo en términos arquitectónicos, la visita a la casa es un referente obligado del trabajo de Barragán. Actualmente es un desangelado centro cultural operado por el ITESO, la hermanita tapatía de la Ibero.

Guadalajara fue un importante centro de maduración para el jóven Barragán. Sus trabajos en la ciudad incluyen iglesias, jardines públicos y múltiples proyectos privados regados principalmente en la colonia Moderna y Americana. Si son freaks del diseño de marca, vayan a la cafetería de la Casa Clavijero y encontrarán un póster bastante bueno con todas sus obras en Guadalajara y el estado en el que se encuentran. Si son lo suficientemente obsesivos, podrán apuntar las direcciones y lanzarse a la caza de casas perdidas marca Barragán.




Mercado de San Juan de Dios (alias Libertad)
Alejandro Zohn
Javier Mina 52, Col. San Juan de Dios
al lado de la Plaza Tapatía

San Juan de Dios, además de ser un clásico del modernismo mexicano, es uno de esos raros animales que se llevan bien con todos: nativos, turistas obsesionados con encontrar debajo de un conchero del zócalo el México "profundo", los que regalan a sus hijos playeritas de Born to Be Wild, y finalmente, los turistas para los que desafortunadamente no encuentro un nombre menos mamón que "cool hunter".

El mercado consta de una serie de taludes aplanados sobre las que se montan varias naves unidas por un pequeño patio interior que, fiel a ese regodeo tapatío de provincianismo, hace referencia a los mercados abiertos populares. Sea como fuere, la venta de pájaros y otros animalitos realmente le imprime cierto aire canpirano al patiectito. En sus naves cerradas se aprovecharon las posibilidades expresivas desarrolladas para el concreto durante los años cincuenta, y aunque el resultado no deja de tener mucho parecido con el mercado de la Merced, poseen una altura más grande y un ritmo más amplio que le confiere al mercado una mayor amplitud y líneas más elegantes.


Torre Cube
Carme Pinós
Boulevard Puerta de Hierro, fraccionamiento Puerta de Hierro.


Impúdicamente ubicada entre nefastérrimas torres posmo que se han venido amontonando a la entrada de Puerta de Hierro -guarida preferida de narcos, ricos y narcos ricos- la torre de Pinós es realmente una serie de tres "torres módulo" que miran a una especie de atrio circular que administra el espacio común y el flujo de personas entre cada una de ellas. De una sencillez y naturalidad impresionante, la Torre Cube tiene también el acierto de utilizar materiales inusualmente naturales para una torre, y que desde mi particular parecer plantean una brillante oposición a la equivalencia función=forma que se han tragado muchos arquitectos medianos a partir del nacimiento del Centro Pompidou.

Hermosa provincia y Templo Sede Internacional de la Iglesia Luz del Mundo
Leopoldo Fernández Font
cerca de la estación La Aurora, línea 2 del Tren Ligero

Por ahí de los veinte, había una vez un chico llamado Eusebio Joaquín que tenía visiones con el tímido y escurridizo Dios. Gozando de un singular espiritu emprendedor, el jóven empezó a predicar sobre lo que en esas conversaciones le decía tan misterioso señor. Pronto la fuerza y poder de sus enseñanzas le empezaron a dar varios racimos de seguidores en los barrios bajos de Guadalajara, lo que provocó a su vez la necesidad de institucionalizar sus enseñanzas para poder gozar de mejor manera los santos réditos que ellos le provocaban. Así nació la Iglesia de la Luz del Mundo, y aunque el buen Eusebio no vivió demasiado tiempo, acabó construyendo la más grande aportación mexicana al sarpudillo de iglesitas cristianas que aparecieron en el siglo xx.

Desde los años veinte Eusebio decidió concentrar a sus fieles en una sola colonia, a la que nombró Hermosa Provincia y en cuyo centro dispuso una glorieta donde se construyó la primera y humilde iglesia de la Luz del Mundo. Unos tres millones de feligreses después, la Hermosa Provincia se ha transformado en una especie de vaticano en donde vive Samuel Joaquín Flores, hijo de don Eusebio y autodenominado "Apóstol de Jesucristo". Celebrando ya 80 años de éxito ininterrumpido, la religión decidió reemplazar la tímida iglesia de sus años infantiles por una construcción mucho más adhoc con su voluntad expansionista. Su altura es mayor que la catedral de Guadalajara (lo que la hace gigantesca para estándares tapatíos). lo que por su pu esto implica que puede ser vista desde la mayor parte de la ciudad, como una risotada hacia la catolicidad absolutista de la ciudad.

Hermosa Provincia es ciertamente interesante. Ubicada dentro de un sector evidentemente popular de la ciudad,
la colonia es un polígono amurallado con calles que forman pentágonos concéntricos alrededor de la glorieta y calles radiales que salen desde ella, viniéndose a estampar contra la barda que la separa del resto de la ciudad. En su interior viven los miembros más fieles de la Luz del Mundo, y todo pagano tiene aparentemente prohibido vivir dentro de ella. Alrededor de la colonia se han aglutinado otros cientos de creyentes de extracción bastante humilde, fácilmente reconocibles por las grandes faldas largas que usan sus mujeres
Si la Hermosa Provincia es un dulce sociológico, su relleno cremosito es, por su puesto, su glorieta central, donde los verdísimos pastos, las bancas horribles y los diseños espaciales de los edificios contrastan milagrosamente con los grises entornos en donde viven los seguidores de la Iglesia. Centralizadora de la vida pública de la colonia, en la glorieta se ubican el mercado, las oficinas del corporativo eclesiástico y una especie de huerta colectiva. TODOS los edificios son de una posmodernidad tan orate que harían sonrojar al mismísimo Robert Venturi, y están tan cuidados que el estado de la glorietita es similar el de Disneylandia en cualquiera de sus denominaciones.

En el centro de la glorieta se encuentra la peculiar silueta del Templo Sede Internacional, el equivalente de la Basílica de San Pedro. En la mejor de las evaluaciones, se podría calificar a la iglesia como de un candor de ranchero nuevo rico que arma una fiesta de quince años a su hija con un vestido verde pistache y calabaza y chambelanes. ¿Entienden la idea, no? Ajá. Pero eso no quiere decir que la iglesia -o la fiesta de quince años- no sea divertida. El proyecto parece el sueño surrealista de algún autoconstructor de Neza. Pero si sus materiales son bastante corrientes para haber valido 65 millones de dólares, su interior ciertamente es impresionante. Ya dentro,
con suerte algun humilde devoto se te acercará y en un español bastante aproximativo empezará a relatar la simbología escondida en su arquitectura interior, mientras aprovecha durante el resto de la media hora para convencerte de visitar la Iglesia del Mundo más cercana. Puede resultar hartante, pero es un pequeño precio que hay que pagar para visitar a la Iglesia nativa más poderosa de todo nuestro país, a su colonia de mujeres de faldas largas y el avergonzaste posmodernismo de su centro Vaticano. ¿Quién dijo que Guadalajara era sólo una obtusa católica?

Providencia
Providencia es un placebo que podría simular curar a aquellos que tengan síndrome de melancolía de la Condesa. La zona es bonita y arbolada y con cafés como de la sección más raspamente wannabe de la condechi, aunque adquiere un cariz más amable y bonito derivado del nivel de comprensión que todavía se le debe tener a perla de occidente.

La O
José Guadalupe Zuno y General San Martín, Colonia Americana
La O Este ocupa una de las casas porfirianas más bonitas de la Colonia Americana. El diseño interior del restaurante es sin duda superior a cualquier restaurancito trendy e integra de una manera coherente, acogedora y original el diseño contemporáneo de interiores y los elementos decimonónicos de la casa. Es reconfortante ver a sillas de Starck paradas sobre mosaicos de casa de la abuela y que se haya conseguido una personalidad propia sin haber caído en el inminente peligro de parecer un escaparate de Knoll.
El restaurante tiene una terraza chingona, una carta notablemente accesible, bastante buena, un gran servicio y una atmósfera inesperadamente relajada. Aunque la conocí de día, los meseros recomendaron visitarla durante la noche. Definitivamente una de las joyitas de Guadalajara.


FBolko
El Colli 5215, Zapopan
www.myspace.com/fbolko

El F-Bolko es una bodega tamaño Patrick Miller con muebles medio restaurados y medio desgarrados, obtenidos de algún gran basurero de objetos curiosos, y hace las veces de guarida de muchos guadalitos alternativos. Cada mes hay lucha libre para los hipsters que no se quieran ensuciar sus Vans entre la chusma de la Arena Coliseo (o equivalente), pero entre función y función en la bodega tocan bandas locales bastante buenas, la chela cuesta quince pesos y la audiencia parece ser saludablemente ecléctica.



Mónica's
Álvaro Obregón 1713, Sector Libertad, Guadalajara
www.monicasdisco.com

Son las dos de la mañana, uno acaba de cruzar el centro, dirigiéndose hacia el oriente, y dejando atrás, no sin cierta ansiedad, la Guadalajara verde, frondosa y burguesa. Estamos en los dominios de un antro cuya visita se justifica sólo por los incontables rumores que corren sobre lo que pasa en él una vez que pagas el cover, recibes la inspección de rutina y de repente te recibe un enorme Adonis hecho de la más fina fibra de vidrio y portando una toga que, víctima de la fuerza de gravedad, deja entrever sin demasiado pudor el miembro entrepiernas que anuncia altivo el arribo al mítico Mónica's, matrona de todos los antros gay de Guadalajara, dos veces más grande que el Living y cuatro veces más divertido.

Al Mónica's convergen gradualmente todas las subespecies gay cuando sus respectivas cuevas van cerrando a medida que avanza la noche. El resultado, por su puesto, es un selecto pero heterogéneo conjunto de trasnochadores. No se dejen engañar, el Mónica's no cierra porque la gente se vaya. El Mónica's cierra porque puro respeto a la ley, porque a las cinco de la mañana el antro sigue hasta su madre y con un ambiente digno de la desarrapada y desmadrosa Guadalajara Bis. Y cómo no, si el DJ Set del ala pop es el mejor que he escuchado en mi vida (tocar pop tiene su jiribilla.....la diferencia entre estar en Estudio 54 o en Cabaretito Neón es siempre muy mínima), y en la pista de música electrónica toca DJ Spinning, figura regionalmente mítica y para muchos de proporciones mucho mayores que los chilanguitos Isaac Escalante u Óscar Velázquez. Definitivamente, todo un clásico de la noche tapatía, apto para animales de la fiesta de cualquier denominación sexual.

La Mutualista
Madero 553, Centro.
Una cantina tradicional que se ha visto invadida por una plaga de hipsters, la Mutualista es la respuesta de Guadalajara al bar Covadonga, aunque como todo en Guadalajara, en menos posero. La Cantina tiene un cuarto con una barra bastante buena desde donde uno puede tomar una chela de quince pesos y gozar el ambiente en el Centro Histórico de Guadalajara con comensales salidos del catálogo de American Apparel.

Bar Américas
Avenida Americas 959, local 29, Colonia Ladrón de Guevara
baramericas.blogspot.com
www.myspace.com/baramericas

El Americas es un poco el Galaxy de hace unos años, un antro-bar ligeramente madreado, ligeramente diseñado y localizado en un lugar dramático -en este caso, una caverna sesentera de concreto-. El lugar aparentemente es visitado por Guadalitos fresitas con conocimientos mínimamente aceptables sobre música electrónica y tiene una rotacion bastante buena de eventos con djs chingones.

People
Plaza del Sol; Plaza Galerías
People es definitivamente la mejor -y única- cadena mexicana de ropa urbana, y su base de acción es precisamente Guadalajara. Las tiendas se dividen básicamente entre ropa Diesel, algunas nuevas marcas (Buffalo, Bunker) con las que han tratado de diversificarse un poquito, y ropa de su propia marca, con una calidad bastante satisfactoria y un diseño que no le pide demasiado a cualquier trapo que venda Urban Outfitters. Desgraciadamente, la oferta no es demasiado amplia, y últimamente han salido varias cosas medio cutres. Sin embargo, sigue siendo una opcion ara quien paradójicamente esté harto de ver su clóset plagado de Diesel y zapatitos Converse.

8 de septiembre de 2007

Guadalajara: sólo sigue al conejo blanco

A pesar de ser la segunda ciudad mexicana y funcionar como el conector básico entre el cretaivo noroeste y el experimentado Altiplano, pocas cosas interesantes carga sobre Guadalajara el río de los rumores. Chivas, tortas ahogadas y mariachi. Que tiene el alma de provinciana y que huele a pura tierra mojada. La imagen pública de la perla tapatía no es, digamos, demasiado motivante, a menos de que se hable de la belleza de sus habitantes. A diferencia de la aplastante desigualdad estética de la Ciudad de México, en Guadalajara siempre es más difícil nacer feo que nacer guapo.

Sin embargo, más allá de su fama de hermosa, Guadalajara es tal vez la más campirana de las metrópolis del mundo. En un caso de Ripley, la ciudad tiene un millón de habitantes más que Barcelona pero conserva al mismo tiempo modales mucho más parecidos a los de Irapuato Guanajuato. La Perla de Occidente no conoce de teporochos ni de bullicio más allá de los partidos de las Chivas y el Atlas. La cerveza sigue costando 15 pesos. La gente se queja porque hace veinte minutos al trabajo, tiene un delicioso acento de ranchero de película de cine de oro mexicano y un orgullo chabacano hacia una ciudad con una fobia total a la verticalidad o cualquier artilugio de infraestructura que denuncie su verdadero tamaño. En general, Guadalajara parece una niña crecidita vestiendo de pequeña Lulú y que no se da cuenta de que ya le crecieron las chichis. La verdad es que el balance primario de Guadalajara es tan poco alentador que la Perla de Occidente no se salva ni de ser
arteramente atacada por sus propios nativos.

En este desalentador escenario, lo más probable sería dejar a la capital de Jalisco como una especie de Cuernavaca agigantada... si no fuera por ciertos pequeños derrapes que manchan las sábanas blancas de su pose virginal. Aunque el placer no se socializa demasiado, ello no implica que los guadalitos no sean candiles de calle en lo que al sexo se refiere. Podría hacer del tema sexual de Guadalajara una entrada por cuenta propia, pero no creo que venga al caso en una radiografía general de la ciudad. Al respecto sólo terminaría diciendo que la cereza de este erótico placer es, por su puesto, un tumor gay que ha hecho metástasis a lo largo y a lo ancho de la ciudad y que ha desarrollado una dinámica independiente del desigual, pretencioso y queerasfolkyzado mundo gay de la Ciudad de México.

Juntando esta y otras sutiles pistas, uno llega a la conclusion de que es imposible que Guadalajara realmente sea como se cree a primera vista. Ya estando en la boca del lobo y juntando varias pistitas que me encontré estuve seguro de que había gato encerrado y que Guadalajara todavía debía mostrar su lado oscuro y defender su fama-bis de tener una de las escenas alternativas más rabiosas e informadas de México.

A pesar de que el estilo de un tapatío promedio es más bien west-trashy, muchas de sus calles siguen teniendo una mezcla fabulosa de rancheridad y fashionismo. Por las calles del centro no es poco común distinguir un chico de Tepatitlán sin vajes a Nueva Yoooooork ni revistas Wallpapeeer* con un atuendo que amedrentaría a más de un chico condechi. La Gandhi local tiene, a mi gusto, un stand de diseño bastante más coherente que el de la matriz coyoacanense. De hecho, Guadalajara ha sido nodriza de una buena parte del panteón de creativos mexicanos consagrados: Barragán, Orozco, Goeritz. Con estas buenas señales, se debe de estar seguro de que con tenacidad, paciencia y ojo avisor en la aburrida Matrix de Guadalajara llegará siempre algún Conejo Blanco que los guiará hacia la deliciosa Guadalajara-Bis que se oculta bajo las impecables avenidas arboladas de la ciudad.

Los conejos blancos en Guadalajara comen zanahorias en un bosque distinto a la de la Ciudad de México. Guadalajara no tiene una industria cultural sólida, y a diferencia del DF contemporáneo, ser "alternativo" todavía no provoca demasiados réditos sociales. Esto provoca que en general los tapatíos-bis sean mucho más comprometidos, tengan una motivación mucho más personal en sus intereses, una curiosidad más desarrollada y un conocimiento de sus gustos mucho más profundo que amar a Frida y corear a a los Killers. Las conejos blancos que pululan por Guadalajara son súper amables, chingones, energéticos y divertidos, y por lo tanto, también lo es la marcha tapatía-bis, donde puedes salir a bailar todos los días de la semana al menos hasta las cuatro de la mañana. y gozar de una escena electrónica tan desarrollada que tiene incluso a sus héroes, historias y leyendas.Aunque hay suficientes -bises para inyectarle a Guadalajara un aire de tenue pero deliciosa esquizofrenia, su número no da para inyectarle un ritmo radicalmente diferente. y tal como en un pueblo chico, padecen del sopor de tener que verse las mismas caras en los mismos lugares. De hecho, la edad predominantemente jóven de la escena alternativa me hace pensar en una incapacidad más bien estructural de Guadalajara de integrar a sus -bises de manera permanente.

De algua manera, me parece que Guadalajara está dispuesta finalmente a cambiar su inapropiado aire virginal, tomar un pepto para resolver sus problemas de diarrea creativa y comenzar a usar todas sus ventajas en recursos humanos para hacer cosas mucho más interesantes que emborrachar a sus turistas con tequila. Algunos síntomas son evidentes. Guadalajara tiene el honor de haber desarrollado la única cadena y marca de ropa urbana del país, People, y Julia y Renata han demostrado que se puede seguir creciendo desde los estados sin tener que haber huido en condición de refugiadas estéticas a la Ciudad de México. Incluso la mítica horizontalidad y decadencia institucional de Guadalajara en el plano arquitectónico parece estar siendo puesta en duda. Desde la Torre Cube, Guadalajara tiene la cartera de proyectos arqutetónicos más impresionantes de México, -y muy probablemente de toda Latinoamerica-: La Torrena, el Centro Cultural Universitario, el estadio de las Chivas y por su puesto, un Museo Guggenheim. Aquneu el alcance y la existencia de cada una de ellas estará por verse, pero todas ellas reflejan un renovado interés de la burguesía tapatía por invertir invertir en obras fueras de los clásicos pastiches suburbanos, y que si bien no serán desarrollados por nativos, sin duda ayudarán lo suficiente para estabelcer nuevos parámetros estéticos a una ciudad que finalmente está rogando por tenerlos. Lo único que quedaría por preguntase serían los efectos potencialmente perniciosos de todos estos proyectos suburbanos para la aceleración de la pérdida de inversión en la zona central de Gadalajara y en el fomento a la expansión en la ya de por sí infinita expansión horizontal de la ciudad hacia las zonas rurales que las circundan.

En fin. El caso es que Guadalajara puede ser medio de güeeva o medio chingona. Reputación negra o conejos blancos. Niña moñuda o ranchera housera. Ver la copa o las dos caras. Ustedes deciden. Lo que sí es que hay mucho más de Guadalajara que la pura tierra mojada.