30 de octubre de 2007

Solar Powered

En esta ocasión iba caminando decidido a encontrar un regalo de cumpleaños, cuando se me atravesó Kong como la última oportunidad para cumplir mi principio de regalar sólo cosas que también a mí me hubiera gustado tener. Viendo chacharitas me topé, sin querer queriendo, la exposición de que Kong montó con Rinzen.

Los trazos de las ilustraciones tienen una inocencia precisa que son ligadas a nuestro querido Sol a través de un inusual coloración amarilla, construyendo imagenes con una refrescante mirada de inocencia y precisión simbólica hacia el nunca bien ponderado Astro Rey. El resultado son osos polares hundiéndose mientras miran un amarillo más inmenso que el azul del mar, helados derritiéndose y demás imagenes que forman una divertida, calmada e inteligente iconografía del sol.

RINZEN
Solar Powered

@Kong,
Colima 143 esquina Córdoba,
Colonia Roma.

18 de octubre de 2007

Revista File

Hace unas semanas sufrí una súbita plantada en el Caravanserai, y tal vergüenza me alcanzó sin ninguna estrategia eficaz de retiro. Como como pude me fui a refugiar en la primera cosa que pudiera disfrazar mi situación, y que acabó siendo nada menos que una revista medio poserita con una enorme Kate Moss en su portada. Se llamaba File, y entre la opción de quedarme viéndola o dar un término prematuro a mi asoleo social semanal, naturalmente decidí esconder mis pestañas bajo la cara de la supermodelo. Empecé a arrastrar el tiempo hojeando la revista, y de pronto me di cuenta que habían pasado ya cuatro turibuses por Orizaba y en algún momento había comenzado a leerla página, cosa que no hacía ni con mis revistas más íntimas. Punto set y partido para la sorpresiva File.

El diseño es bastante depurado y evita saturaciones gráficas. De hecho, los contenidos gráficos son bastante disciplinados y nobles como para ahogar el cuerpo textual de la revista, que acaba haciendo una sólida mancuerna con las imágenes impresas y provocando buenas satisfacciones tanto como para los pornógrafos de las imágenes como para los lectores de ocasión.

La revista no es sólo guapa; aparentemente, tiene más de un redactor de cerebro. A la distante frivolidad condescendiente de una señorona revista-lifestyle se le suma un aroma medio intelectual que nunca puede dejar de caer bien, especialmente cuando se atreve a presentar cosas diferentes que la ropa usada de Wallpaper o Vogue París, y más aún, cuando su política editorial aparece vacunada contra la infecciosa pandemia de sexofilia barata o obsesión a las celebridades. Incluso en un tema tan (actualmente) estéril de reflexiones interesantes como la belleza -tema al que File dedicaba la edición especial que leía en la casa de té-, la revista logró encontrar un rinconcito de presentación que no hace uso ni de Lolitas, Botox ni monogramas de Louis Vuitton. El número de File está tan bien hecho que incluso logra llevar con bien el titánico reto de hacer de una entrevista con Kate Moss algo más que una mórbida serie de clichés idiotas.

Como casi todo lo bueno hecho en México, File está desgraciadamente extinto desde hace un año. Pero no se preocupen, porque ahora pueden ver a la revista ¡como un ejemplar coleccionable de edición limitada! Mejor eso que tazos de sabritas, ¿no?

FILE
$120, @ Librería Polanco
Aristóteles 85, Polanco

17 de octubre de 2007

L-Kan



No sólo hay travestis en la deliciosa escena electro española, y L-Kan es un refulgiente ejemplo. La banda toca un synthpop que la mejor tradición del pop español de suaves y poco pretenciosas voces femeninas y arreglos musicalales felizes y pegajosos, mezclados con una composición enriquecida y un delicioso dejo de intelectualidad, inmadurez infantil y esa deliciosa chunguez característica de la España post-marcha. Editado por Molécula Records, su nuevo álbum salió a la venta el 15 de octubre, y este viernes 19 habrá una fiesta para conmemorar tan dichoso evento.

L-KAN
Somos Otra Cosa
Molécula Records

Fiesta de lanzamiento:
19 de octubre, @ Tierra de Nadie
Belgrado 19, esquina Estrasburgo.
Entrada Gratis

14 de octubre de 2007

Nuevo Centro Histórico


El viernes pasado se cumplió la fecha en que el GDF puso como plazo para la desocupación del centro histórico oriente por los ambulantes. Morbosamente atraídos por el caràcter dia-d-íco del 12 de octubre, mi jefe, mis cuates del trabajo y yo decidimos aprovechar para pasearnos por el la zona destinataria de las promesas gubernamentales, las protestas ambulantes y el escepticismo de muchos. Pero aparentemente, esta vez la promesa no fue llamarada de petate, y nos permitió contemplar el inimaginable espectáculo de ver la calle de Moneda completamente libre de gritos y vendimia, con un horizonte que se perdía hasta Circunvalación, esa mítico lugar que un día antes parecía más una leyenda para los que vivíamos de este lado de la ciudad. De la noche a la mañana, el Centro Histórico había doblado su tamaño, recuperado su fisonomía, y el Zócalo recuperaba su verdadera vocación como centro del centro y no como una especie de frontera incómoda entre dos puntos cardinales y sociales irreconciliables.

Tomamos Corregidora en dirección al zócalo, donde personal de la Dirección General de Servicios Urbanos comenzaba a reparar las luminarias. Al mismo tiempo, y como un cuerpo especializado de zapadores de avanzada, una escolta de barrenderos amarillos comenzó a caminar por Correo Mayor en dirección a Circunvalación. Más atrás le seguía otro agrupamiento de barrenderos vestidos de verde fosforescente, y caminando muy cerca de ellos, un desfile de barredoras mecáncias y atrás dos pipas de agua tratada. Inmediatamente después, el Jefe de Gobierno y sus secretarios entraban sin guardaespaldas ni policías por los Campos Elíseos de Ciudad Ambulante. Bajo la luz decreciente del atardecer en un día antichilangamente azul, la entrada del GDF a Correo Mayor tenía más aire de desfile de toma de posesión de una ciudad previamente sitiada que la de un mero programa de reordenamiento del comercio en la vía pública. No se puede dejar de lado la enorme incertidumbre sobre el desenlace de esta reubicación, sobre los acuerdos que haya implicado el retiro de las ambulantes, sobre el destino productivo de las personas que vendían en la zona o sobre los efectos que tenga la reubicación en otros puntos ambulantemente conflictivos de la ciudad. Sin embargo, en una ciudad gobernada por el desorden, la reimplentaciòn no violenta del Estado en el corazón de la ciudad es por sí mismo un acto que sin faltaba desde hace mucho en la Ciudad de México.


Ya sin ambulantes, la mitad oriente del Centro Histórico se ha liberado de su férula de romería para mostrarle a todo su verdadero aspecto, demacrado y lacerado por casi un siglo de abandono. Me atrevo a decir que si el resultado de la intervención del GDF se vuelve estable, habrá grandes planes para la reconstrucción de una parte de la ciudad que a todos se nos olvidó defender. Pero la recuperación y reconstrucción del centro histórico oriente va mucho más allá del salvamento de la más importante zona patrimonial colonial de América Latina, sino que tiene un significado más profundo acerca de la relación entre los espacios públicos y los ciudiadanos que habitamos esta ciudad. Sin duda las fachadas pueden ser remozadas y pintadas, pero debemos reconocer que hoy por hoy, los espacios ganados no sirve para ser má que bodegas de ambulantes. La reubicación de los ambulantes es el primer paso para una reconstrucción gradual para hacer de todo un centro saludable, y no propenso a volver a contraer una enfermedad de abandono y deterioro social. Pero mientras el Centro Histórico siga siendo vulnerable, todos tenemos un compromiso con el centro, con nuestra ciudad y con nosotros mismos para defenderla de cualquier recaída de la infeción.

La recuperación de los espacios públicos no se hace a través de policías, sino a través de los zapatos que caminan en ella. Creo que nuestro deber como habitantes de esta escandalosa y esquizofrénica ciudad para hacerla más habitable, y comenzar a tender puentes en una sociedad cada vez más polarizada es comenzar a reconocer a esa parte oriente del centro como una parte propia. No se trata de convertir a las ferreterías en negocios de platería ni de empujar a gente diferente a volverse a replegar a un frente oriente diferente, sino de reconocer que todos somos diferentes pero podemos disfrutar y convivir en un lugar de fuertes implicaciones simbólicas para todos. Sólo haciendo un acto permanente de presencia conseguiremos defender lo histórica oportunidad de ver el carácter verdaderamente del centro, y exiliar así
el invisible muro de Berlín que se había construido desde el corazón mismo de la Ciudad de México y comenzar una nueva perspectiva para el Centro Histórico, y por sus implicaciones simbólicas, para la ciudad misma.