17 de marzo de 2007

Babasónicos

De 100 canciones pop en español, 80 tratan de amor y 20 del resto de las cosas de la vida. De esas 20, unas 10 hablan de sexo, y de esas seguramente unas 6 serán reggaetón. De las cuatro restantes estoy seguro que tres son argentinas, y al menos una debería de ser de los Babasónicos.

Llevo escuchando bien a los Babasónicos apenas desde que me encontré tareando su CD en un viaje de carretera. En efecto, sus canciones tienen ese poder de infatuación melódica del más venerable rock pop viejito: te da por cantar las canciones antes de que tengas tiempo de captar lo que dice ninguna de sus palabras. En el caso de los Babasónicos, cuando finalmente hallas el tiempo para dejar de balbucear y poner atención atención a las frases que salen de tu boca, hallas con sorpresa que hay rastros de sintaxis en la letra (rara virtud en el pop en español), y mejor aún, no hay ninguna evidencia de miel ni melcocha y la letra resulta hasta interesante.

Yo tengo la teoría de que la última alma secreta de los babas para ser uno de los últimos grupos rock pop respetables es la voz de Adrián Dárgelos, que te va contando cositas sucias con una voz tan inofensiva y aséptica que simplemente no deja espacio para ascos del calibre de Daddy Yankee. En el mejor de los casos, puede que termines cantando a grito pelado con la seguridad que te confiere el haber paladeado el delicado, inteligente y sexoso rock pop de los Babasónicos.


BABASÓNICOS
Infame